Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

lunes, 21 de febrero de 2011

Armando Lorenzo: Guardia civil imputado en la operación carioca
''EL CASO CARIOCA SE BASA EN DECLARACIONES FÁCILES DE MANIPULAR Y EN PROXENETAS A LOS QUE ENCARCELÉ''


21/02/2011 - M.Olarte / J.M.Freire / El Progreso

Acaba de salir en libertad condicional después de 15 meses en prisión. La jueza lo sitúa en el vértice de la trama de proxenetismo y corrupción policial. Él grita su inocencia desde su destierro asturiano


LA JUEZA PILAR DE LARA está convencida de que el cabo de la Guardia Civil Armando Lorenzo es el eje de la trama de prostitución y corrupción policial que se investiga en la operación Carioca. Por ello lo mantuvo en prisión desde octubre de 2009 hasta principios de este mes. Por miedo a que pudiera presionar a los testigos, la magistrada le impuso la obligación de residir fuera de Galicia.

Armando Lorenzo recibe a El Progreso en la villa asturiana donde ahora vive. Tiene miedo de decir algo inconveniente que le devuelva a prisión, pero le pueden más las ganas de proclamar su inocencia. Sobre él pesan acusaciones de inducción a la prostitución, contra los trabajadores, falsedad documental, cohecho, revelación de secretos, tráfico de influencias y agresión sexual. Sabe que no tiene fácil convencer a nadie, pero ésta es su historia.

¿Es usted el centro de una trama de prostitución y corrupción?

Pues al parecer sí. Según las investigaciones soy el jefe de una trama que se dedica al tráfico de seres humanos. Yo lo desconozco por completo. No tengo noticias de semejante organización, no tengo connivencia con los jefes de los clubes y me extraña mucho que la investigación se centre solamente en el Eros, el Volvoreta, el Queens y La Colina. Estos dos últimos al parecer son del mismo propietario y a mí me relacionan con él.

¿De todos estos burdeles, cuáles son los que usted controlaba por su trabajo como guardia civil?

Solamente La Colina. De hecho, intervine varias veces en ese local. Hubo diligencias por tráfico de seres humanos y se detuvo a dos de los que ahora están implicados en el caso Carioca, uno de ellos J.M.P., que sigue en prisión.

¿Cuál era su relación con el dueño del Queens y La Colina, J.M.G.A., otro de los principales inculpados en este asunto?

Era un confidente. Me proporcionó informaciones para desarrollar algunas operaciones, como la Rodicio y la Milano. La Milano fue una investigación sobre el tráfico con mujeres venezolanas en un club de Rábade, y hubo detenciones también en Vigo y Porriño; la Rodicio se centró en El Pazo y permitió detener a dos proxenetas.

¿Qué sacaba él de usted a cambio de la información?

Nada de nada. Todo lo que hizo conmigo fue por amistad. No hubo trato de favor alguno porque el único club que yo controlaba era La Colina y en ése actuamos. Tanto en el Queens, como en el Eros y el Volvoreta, sobre los que yo no tenía jurisdicción, no se actuó.

¿Conocía al resto de presuntos proxenetas detenidos?

Al dueño del Volvoreta lo conocí en prisión, ni siquiera lo conocía de antes. Y en el Eros estuve alguna vez. Unos pocos días antes de mi detención fui porque estábamos investigando ciertas sospechas sobre un compañero, que luego resultó estar entre el equipo de investigadores de la operación Carioca. Pero con el dueño no tenía nada de nada, ninguna relación.

¿Por qué se ve implicado, entonces, en la operación Carioca?

Por una venganza de dos compañeros de la Guardia Civil, que están muy relacionados con el mundo de la prostitución.

¿No le parece poco probable que una venganza personal entre compañeros desencadene una operación semejante, a la que se suman una jueza, la Fiscalía, agentes..?

Yo creo que sencillamente se les fue de las manos.

¿Esa venganza es por algo que usted les hizo?

No, porque ellos querían el control de la noche.

Pero al parecer ya había informes sobre su comportamiento presentados por otras personas. Y se trata de alguien que colaboró directamente con usted en el Emume, el equipo de mujer y menores de la Guardia Civil.

Sí, pero fue por una rabieta que tuvo con uno de los jefes y la forma que tuvo de fastidiar a ese jefe era atacar a su amigo, a mí. Yo he sabido posteriormente que podía haber una queja en mi contra presentada por esa persona, hace tres o cuatro años, pero nunca la he llegado a ver. Creo que no se la admitieron a trámite o le exigieron que la presentara por escrito y dijo que no.

A este respecto, la jueza también investiga el conocimiento que sus jefes pudieron tener de sus supuestas irregularidades, y varios han sido imputados por omisión en el deber de perseguir delitos.

Si yo trabajo en un mundo como el de la prostitución, tengo que estar en ese mundo. Y mis superiores saben dónde trabajo. Pero todavía nadie me ha dicho que irregularidades cometí. Ni me pagaron nunca los dueños de clubes ni las prostitutas ni pedí nunca favores sexuales.

¿Asegura que no recibió dinero de nadie?

Nada, de ninguno de los implicados. Sí que me pudieron regalar alguna vez una botella de vino, pero como se la daban a mucha otra gente del cuartel. Eso no implica ningún trato de favor. Ahora están buscando el dinero que dicen que tengo, pero no encuentran nada porque sólo tengo deudas.

¿En algún momento exigió favores sexuales a las mujeres?

De eso nada. Y menos aún cometí una agresión sexual.

Pues al parecer hay una mujer que le acusa de haberla agredido sexualmente a punta de pistola.

La primera vez que oí el nombre de esa mujer fue porque me lo dijo su señoría en un interrogatorio. Al parecer, trabaja en un club en el que yo había hecho una redada hacía muy poco, un burdel propiedad de una mujer muy amiga de uno de los investigadores de la Carioca. Yo en esa ocasión simplemente le tomé los datos. Nunca la llamé, no sé quién es ni dónde vive. Para mí moralmente una agresión sexual es impensable, y menos a punta de pistola porque nunca la llevo, ni cuando estoy de servicio. No llevaba la pistola ni cuando trabajaba en el País Vasco. Y esa acusación sí que me duele. Porque además, si se cree lo que dice la investigación, no tenía necesidad de hacerlo en el club, podía llevarla a cualquier sitio. Nunca tuve relaciones con mujeres en ningún club.

Sin embargo, una de las cosas que hizo sospechar de usted es el gran número de mujeres que tenía como testigos protegidos.

Sí, porque hice un montón de diligencias con testigos protegidos, exactamente igual que lo que están haciendo en la operación Carioca. A algunas de esas mujeres se les daba un papel en el que decía que colaboraban con nosotros. Y eso era para todas las chicas que colaboraban en las diligencias. Pero no sólo era yo el que daba ese papel, era la fórmula habitual de trabajo tanto nuestra como de la Policía. Además, se les ponía en contacto con Cáritas, a través de un abogado, y se les daba el papel en el que se informaba de que estaba colaborando y el número identificativo de las diligencias.

¿Por qué existía la idea extendida entre las prostitutas en Lugo de que el cabo Armando podía conseguir los papeles?

Porque ese, los papeles, es el motivo principal por el que denuncian. Es la forma de conseguirlos. Pero Armando no da los papeles a nadie. Si me piden un informe, puedo dar cuenta de que está colaborando, pero nunca llamé ni a Extranjería ni a ningún lado para que le dieran los papeles a nadie.

¿Cómo explica que la jueza incida tanto en el terror que usted infunde en muchas de esas mujeres?

En las preconstituciones de prueba que hizo la jueza preguntaron a las testigos que declararon por mí, y ninguna me conocía de nada. Una de ellas llegó a decir que había oído que Armando era buena persona. Ahora se sienten coaccionadas por mí, pero a la vez dicen que antes acudían a Armando para que las ayudara. Eso no cuadra. Ahora soy el malo de la película y antes era el bueno.

¿Y la famosa Ana, una prostituta que supuestamente ha desaparecido y que se sospecha que pudo morir a manos de proxenetas?

No tengo ni idea. Ni conozco a Ana alguna ni sé si hay muerta. Fue otro marrón que me colgaron.

¿Conocía la existencia de fiestas privadas en el Queens o en otros lugares a las que asistían personas muy conocidas?

No asistí ni investigué ninguna fiesta privada, porque el Queens no era de mi responsabilidad. Y mis pocas visitas al Queens, para pedir información al dueño, eran en torno a las siete o la ocho de la tarde, nunca por la noche.

¿Alguna vez avisó a proxenetas de que se iban a realizar redadas?

No. Primero, porque en los clubes responsabilidad de la Policía ni siquiera sabía si se hacían o no. Y en el de mi jurisdicción, La Colina, se hicieron varias intervenciones y nunca avisé a nadie.

¿Cuál era su relación con los policías nacionales implicados?

Al que detuvieron en Barajas ni siquiera lo conozco. Y de los de aquí conozco mucho a los de Extranjería, porque hemos hecho operaciones conjuntas, como la operación Pollo.

¿Alguna de las prostitutas que interrogó le habló sobre conseguir papeles en Extranjería e Inmigración tocando determinadas teclas?

No, nunca.

¿Conocía al policía local detenido?

Sí. Y una vez le pedí que me quitara una multa, pero me dijo que acababa de llegar un sargento que les estaba poniendo las cosas difíciles. No me la quitaron. Pero no sabía nada de su supuesta relación con el mundo de la prostitución.

¿Puede explicar cómo todos, agentes de Madrid, jueza, fiscal, Audiencia..., pueden caer en esta especie de trampa de la que habla?

Todos ellos han hecho lo que han considerado justo, han hecho su trabajo. No tengo nada que reprochar ni a la jueza ni al fiscal ni a los investigadores de Madrid. Cumplen con su obligación. Lo que pasa es que les pusieron las acusaciones contra mí en bandeja, con declaraciones que son fáciles de manipular y apoyadas en acusaciones de algunos dueños de clubes a los que yo encarcelé.

¿Tiene, al menos, conciencia de haber cometido algún error, de haber sobrepasado algún límite en su trabajo?

Lo único que tengo claro es que todo lo que hice para la Guardia Civil sólo sirvió para que los mandos engordaran la estadística. Si es hoy, no vuelvo a hacer nada.

¿Todo esto lo dijo usted en los interrogatorios en el juzgado?

No, porque temía que no me dejaran salir de prisión. Supongo que pediré una comparecencia voluntaria y contaré todo esto. Será cuando se levante el secreto.

GUARDIA CIVIL
''No recibí apoyo del cuerpo, sí de algunos compañeros''

Aparecieron varias pintadas en diversos puntos de la ciudad en las que se le acusaba de diversos delitos. ¿Sabe quién las hizo?

Fueron cuatro pintadas que aparecieron al día siguiente de la misma noche de mi detención. La detención fue por la noche y sólo los investigadores sabían de mi detención. ¿Cómo pudieron aparecer esas cuatro pintadas la misma noche cuando nadie de fuera sabía que me habían detenido?

Ha de reconocer que todo esto es muy difícil de creer, que no haya nada y todo se deba a una venganza que se ha ido de las manos...

Pues no hay otra cosa.

Pero al parecer las quejas sobre usted no llegaban sólo de su cuartel, sino que también hubo protestas desde personas relacionadas con la asistencia social. Incluso se le llegó a acusar de ir a buscar a una prostituta a un piso de acogida para llevarla de nuevo al burdel.

Eso es mentira. No fui a buscar a nadie. Y yo con las trabajadoras de asuntos sociales me llevaba bien mientras trabajaba con ellas, cuando estaba en el Emume.

¿Cuál fue la reacción del resto de sus compañeros cuando fue detenido y encarcelado?

Unos cuantos se preocuparon por mí y me dieron su apoyo. Algunos me visitaron en prisión y otros sé que querían venir pero no pudieron porque yo no tenía tanto tiempo para visitas. Pero apoyo del cuerpo, ninguno. Se trata de compañeros a nivel individual.

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