Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

sábado, 2 de abril de 2011

LOS VARIOPINTOS ROSTROS DEL CARIOCA

02/04/2011 - J.M.Freire / M.Olarte / El Progreso (Lugo)

Miles de folios, cientos de tomos, decenas de declaraciones y un álbum fotográfico que no dejará indiferente a nadie. La jueza de la operación Carioca mostró a los testigos medio centenar de fotos de lucenses de todos los estratos, desde importantes políticos a mandos policiales, pasando por exjueces.

Faltan datos en el voluminoso expediente de la operación Carioca, porque la jueza no facilitó la situación personal de cada imputado ni siquiera el número de ellos, pero un apurado vistazo en poco más de cinco horas a 160 tomos en formato digital da una idea de que el trabajo de Pilar de Lara y su equipo es de los más laboriosos que pueden hacerse desde un órgano judicial de instrucción, y por lo tanto limitado de por sí.

Llama la atención el álbum fotográfico que maneja la magistrada, una colección que fue construyendo a medida que iba tomando declaraciones a prostitutas, clientes, empleados de clubes y guardias civiles. A partir de referencias directas e indirectas, De Lara se hizo con un ‘book' donde hay mandos destacados de la Guardia Civil y de ambas policías, aunque también agentes básicos con mucha relación con la noche; destacados políticos que desarrollan en la actualidad cargos de relevancia, jueces jubilados, sindicalistas y varios de los empresarios más destacados de la ciudad de diferentes sectores. Por su puesto, en el álbum están los principales imputados en la causa.

Escuchas

Las conversaciones telefónicas son el meollo de la causa, como era de esperar. De hecho, acumulan una decena de tomos, previos a cualquier movimiento del los investigadores de Asuntos Internos. Se empezó con la intervención telefónica de los principales encausados, es decir, el cabo de la Guardia Civil, el dueño del Queens y La Colina y sus lugartenientes, para luego ir ampliando el espectro de investigados hasta sumar varias decenas de pinchazos.

Es aproximadamente a la altura del tomo 33 de la causa cuando la jueza plasma todas las sospechas en varios autos de entrada y registro. Se trata de los domicilios de los implicados y, sobre todo, en la de las oficinas de la comandancia del Emume, donde trabajaban el cabo y su jefe directo, también imputado.

Aquella noche frenética de octubre de 2009 se registraron cuatro clubes de alterne y al menos tres domicilios. El premio gordo tocó en la casa del dueño del Eros, donde además de dinero (tenía casi mil euros en monedas de un euro) se encontraron cuatro pequeñas bolsas con cocaína, que en total sumaban casi 300 gramos. Y otra vez las imágenes: en el expediente hay varias fotos tomadas en las habitaciones en el momento de la interveción de los grupos especiales de la Guardia Civil donde pueden verse a mujeres escondidas debajo de las camas. Esto da una idea del temor que había en los locales, sobre todo cuando se sufría una redada sin aviso.

Agendas y billetes

Otro de los datos que sorprende es el acopio de pruebas documentales. Por ejemplo, el tomo 160 se dedica de forma monográfica a la documentación que guardaba de las noches de copas uno de los lugartenientes, que era casi como un contable. Con símbolos y palabras clave, contabilizaba durante días las copas a las que invitaban a las chicas, los servicios y hasta el precio del cambio de sábanas.

Pasaportes, documentos de identidad de varios países y billetes de avión son frecuentes en las páginas del expediente, con lo que los investigadores pretenden demostrar que había una red para introducir suramericanas en España a través del aeropuerto de Barajas, donde trabajaba un policía implicado.

Es difícil calcular el número de prostitutas que testificaron en la causa, aunque superan ampliamente las cien. De hecho hay listados con más de un centenar de prostitutas, cuya situación y expedientes se comprobaron en las entradas en el departamento de Extranjería de la Policía y en las oficinas de la Subdelegación correspondientes.

Aunque todo está dirigido, como si de una obsesión fundamentada se tratase, a determinar responsabilidades jerárquicas en una cadena que en su base tenía al cabo encarcelado y que en su cúspide habría destacados mandos, así como prohombres de la sociedad lucense.

A vuela pluma, los testimonios de las chicas son bastante coincidentes. Todas relatan su llegada a España conducidas por la red y la deuda que se veían obligadas a satisfacer para no ser vejadas e incluso golpeadas. Una gran mayoría reconocen al cabo y a otros agentes, como el inspector de la Policía Local también encarcelado, y coinciden en que se tomaban las consumiciones en los locales investigados sin hacer ademán alguno de pagar.

El de las palizas era el dueño del Queens e incluso en algún momento se llegó a pensar que hubiera matado a una prostituta y luego se deshiciera del cadáver. Una testigo explica el lugar donde estaría enterrada, al lado de un pozo, pero todas las comprobaciones fueron inútiles.

En la Red

Los investigadores del juzgado tampoco fueron ajenos a internet, y no solo porque se intervinieran los correos electrónicos. El caso recoge varias decenas de páginas de un foro de guardias civiles, de una página llamada El Faro Verde, que durante estos meses fue un hervidero de comentarios. Bajo el hilo «Operación Carioca, sacra corona lucense» se acumulan casi cien páginas de opiniones anónimas o cuasianónimas donde en algún momento se dieron detalles inéditos, como el día en que fue rota a patadas la puerta de la oficina de los investigadores.

En estos meses de pesquisas se entrecruzan otras pistas, que fueron quedando a un lado o desgajadas. Por ejemplo las preguntas a varios testigos sobre una supuesta red de inmigración ilegal de indonesios para trabajador como pescadores en A Mariña, a raíz de la muerte de uno de estos operarios en un naufragio. Hablando de la costa, también tiene su tomo el alcalde de O Vicedo, donde se recoge la denuncia de una argentina que lo acusó en su día de bigamia y que aportó a la causa varias decenas con fotografías de ambos para acusarlo de violación y de malos tratos y para relacionarlo con prostitutas de la operación. Estas acusaciones se derivaron al juzgado de Viveiro, donde tras declarar quedó libre, aunque la jueza Pilar de Lara mantiene las pruebas en el sumario de la Carioca.

En resumen, y a falta de un estudio más profundo, el expediente da la impresión de sumar abundantes pruebas en contra de los principales implicados, aunque tal vez no tantas para un buen número del resto de imputados, que suman un centenar. No obstante, el caso no está cerrado y, a pesar de la apertura del secreto, el trabajo investigador no concluyó.

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