VARIAS MUJERES OYERON DISPAROS EN ALGUNAS OCASIONES
la voz 3/4/2011
Empleadas del club de alterne de O Ceao contaron a los investigadores que en varias ocasiones llegaron a escuchar disparos de armas en el establecimiento. Algunas parece que no concedieron demasiada importancia a este detalle, porque estaban acostumbradas a que de una manera si no habitual sí frecuentehubiese problemas.
No se avisaba a la ambulancia
Hay varios casos de mujeres que resultaron heridas como consecuencia de agresiones sufridas por no acatar la férrea normativa que les imponían. Alguna de las afectadas llegó a declarar que Adán le pegó semejante paliza que le rompió un brazo y que él también tuvo que andar una temporada con una mano vendada debido a la contundencia empleada.
Por cierto que estaba establecido, al parecer, que cuando hubiera algún problema grave no se llamaba a ningún sistema de emergencias. Es decir, la ambulancia y personal sanitario en el club estaban de más. Si las mujeres aguantaban mejor, y si no, la solución era utilizar un vehículo particular para transportarlas a algún establecimiento sanitario para recibir ayuda.
A propósito de la basura que habitualmente se enterraba en el solar, algunas mujeres llegaron a contar que por temporadas proliferaban las ratas, que en una ocasión llegaron a morder a una de las empleadas, si bien algunas personas vinculadas al club de alterne a las que preguntaron este detalle, manifestaron no tener constancia de esta situación.
la voz 3/4/2011
Empleadas del club de alterne de O Ceao contaron a los investigadores que en varias ocasiones llegaron a escuchar disparos de armas en el establecimiento. Algunas parece que no concedieron demasiada importancia a este detalle, porque estaban acostumbradas a que de una manera si no habitual sí frecuentehubiese problemas.
No se avisaba a la ambulancia
Hay varios casos de mujeres que resultaron heridas como consecuencia de agresiones sufridas por no acatar la férrea normativa que les imponían. Alguna de las afectadas llegó a declarar que Adán le pegó semejante paliza que le rompió un brazo y que él también tuvo que andar una temporada con una mano vendada debido a la contundencia empleada.
Por cierto que estaba establecido, al parecer, que cuando hubiera algún problema grave no se llamaba a ningún sistema de emergencias. Es decir, la ambulancia y personal sanitario en el club estaban de más. Si las mujeres aguantaban mejor, y si no, la solución era utilizar un vehículo particular para transportarlas a algún establecimiento sanitario para recibir ayuda.
A propósito de la basura que habitualmente se enterraba en el solar, algunas mujeres llegaron a contar que por temporadas proliferaban las ratas, que en una ocasión llegaron a morder a una de las empleadas, si bien algunas personas vinculadas al club de alterne a las que preguntaron este detalle, manifestaron no tener constancia de esta situación.
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