Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

viernes, 1 de julio de 2011

operación carioca

UN IMPUTADO DICE QUE UN AGENTE LE PUSO LA PISTOLA EN LA NUCA TRAS DISCUTIR POR UNA PROSTITUTA

01/07/2011 - Miguel Olarte / El Progreso

Uno de los testimonios más espectaculares del caso Carioca, que se ha mantenido bajo secreto de sumario hasta hace muy poco y que todavía no se conoce por completo, es el de un hombre habitual del ambiente de la prostitución y que conocía a la mayor parte de los proxenetas y a varios de los agentes de la ley imputados. M.M.N.R., acusado a su vez de varios delitos, declaró entre otras cosas que uno de los guardias civiles imputados le puso la pistola en la nuca y lo amenazó de muerte tras discutir por una prostituta con la que ambos estaban saliendo.

El relato de hechos que este hombre hizo ante los investigadores y ante la jueza instructora en las cuatro ocasiones en las que declaró es un catálogo de delitos y barbaridades que no tiene desperdicio. En el mismo aparecen identificados proxenetas, guardias civiles, policías nacionales, prostitutas, taxistas, empresarios, falsificadores de dinero, traficantes de armas y drogas y hasta peluqueras. Hasta tal punto, que él mismo se implica en varios de esos delitos, ya que reconoce que traficó con dinero falso, que intentó comprar armas o que cobraba por facilitar mujeres a los prostíbulos.

Muchas de las acusaciones que realiza las hace de oídas, haciéndose eco de rumores y leyendas que circulaban por el ambiente de la prostitución lucense. Ocurre, por ejemplo, cuando se refiere a la supuesta muerte de una mujer en el Queens, que estaría enterrada bajo una caravana, o a los fetos procedentes de abortos clandestinos que también estarían enterrados en dicho local.

Sin embargo, hay varios hechos que dijo conocer de primera mano ya que él estaba presente. Así, relató que en una ocasión tuvo una discusión con un guardia civil que, según dijo, era íntimo amigo y facilitaba droga al dueño del Queens, J.M.G.A. El problema surgió por la relación entre el agente y una prostituta brasileña que ese momento era pareja sentimental del testigo. Supuestamente, el guardia civil le habría obligado a salir al aparcamiento de la parte trasera del prostíbulo y allí le empujó contra una esquina, sacó su arma, se la puso en la cabeza y amenazó con matarlo como a un perro.

No fue, sin embargo, la única amenaza de muerte que recibió este imputado. M.M.N.R. también aseguró que en otra ocasión fue el propio dueño del Queens quien le puso una escopeta en el pecho y le dejó bien claro su enfado porque él estaba convenciendo a mujeres que trabajaban en ese local para que se fueran a otros.

Orgías grabadas

Las revelaciones de este imputado alcanzan a la mayor parte de los prostíbulos investigados en este asunto e incluso a otros en León, A Coruña, Valencia o Tenerife, si bien es el Queens y su propietario, así como la gente próxima, los que centran el grueso de la declaración. Por ejemplo, asegura que él mismo participó en varias fiestas que el dueño de dicho prostíbulo organizaba en pisos con agentes de la ley y «gente de alto rango» en las que corría la droga. Según asegura, se llegaban a juntar hasta 20 o 30 personas e incluso se hacían grabaciones de las orgías, que luego se veían allí mismo.

Incluso reconoce que llegó a tener uno de esos deuvedés en su casa, en el que se veía a J.M.G.A. con prostitutas, consumiendo cocaína y disparando su arma, aunque afirma que lo rompió.

Además, declara ante la jueza que instruye el caso, Pilar de Lara, que estas grabaciones también se hacían en la suite de otro burdel de Lugo -éste no precintado en la operación Carioca- y que luego eran utilizadas para presionar a los clientes, si bien él no los presenció personalmente.

Entre los delitos que sí asegura haber visto directamente relata varios episodios de supuesta corrupción policial, como un policía nacional sellando pasaportes de mujeres por 1.500 euros o agentes de la guardia civil recibiendo sobres de dinero de proxenetas.

Pero no sólo se limita a los presenciados por él, sino que también habla largo y tendido de los propios. Así, reconoce que controlaba a mujeres que ejercían la prostitución por varios clubes y que cobraba de los locales por facilitarles trabajadoras, que reclutaba en otros burdeles.

Dinero falso

Sin embargo, una de sus especialidades parece ser el timo con billetes falsos. De hecho, él fue quien puso en contacto al dueño de uno de los prostíbulos, imputado y en su momento encarcelado dentro de esta investigación, con una banda de africanos que se dedicaban a dar el timo con el método de los billetes de 50 euros clonados. Ese negocio no le fue muy bien, ya que el proxeneta se dio cuenta y acabó por presentar denuncia contra él.

También facilitó a los investigadores varios billetes de cien dólares falsos, y les prometió más. Sin embargo, posteriormente fue detenido cuando viajaba en su vehículo con tacos de papel para falsificar moneda. La explicación que dio a la jueza es que tenía pensado entregárselos también a los investigadores. Según confesó, el papel se lo había facilitado un contacto de A Coruña, que estaría además en posesión de billetes de 500, 200, 100, 50, 20 y 10 euros clonados. Al parecer, su contacto coruñés tiene unos familiares en Suiza que le envían el papel y la tinta para falsificar el dinero.

En una de sus declaraciones se produce además una anécdota: en pleno testimonio, asegura que el policía nacional que le había trasladado desde el calabozo hasta el mismo despacho de la jueza era uno de los habituales de los prostíbulos y amigo personal de uno de los proxenetas.

QUEENS
A Urgencias con una menor que se desangraba

M.M.N.R. estaba tan metido en el negocio de la prostitución y en la delincuencia que los casos que relata de primera mano son muchísimos. Así, preguntado si llegó a saber si en los clubes que frecuentaba trabajaban menores, no sólo confirma este extremo, sino que cuenta que él mismo tuvo que ir a buscar una noche a una chica al Queens porque tuvo una hemorragia, empezó a perder sangre en grandes cantidades y nadie le hacía caso.

Una bolsa de basura

Cuando llegó al club, explica, le colocó a la mujer una bolsa negra de basura a modo de pañal, la metió en el coche y la llevó hasta Urgencias, donde tuvo que meterla en brazos porque parecía ya muerta.

Fue durante las horas que estuvo hospitalizada en Urgencias cuando la joven confesó, ante él y ante la prostituta que en ese momento era su pareja, que tenía diecisiete años. Posteriormente, dijo, esta menor se fue a trabajar en un local de la ciudad portuguesa de Braga.

NARCOTRÁFICO
El perro guardaba la droga

La droga, en especial la cocaína, era algo muy habitual en todos los burdeles. Respecto a uno de los precintados en la operación Carioca, M.M.N.R. explica que quien la distribuía era el camarero, que desarrolló un sistema muy curioso: el dueño del local tenía un perro; si el animal estaba tumbado junto a la caja registradora, significaba que había droga para vender, ya que el camarero escondía las papelinas bajo la cama del perro. Supuestamente, solía haber unos diez gramos.

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