LA HORA DE LA VERDAD DE JOSÉ BLANCO
El exministro declara hoy, después de que el Supremo levantara el secreto sobre las acusaciones y con pistas de que el dinero andorrano de Dorribo se usó para pagar un embargo
pablo gonzález / la voz 26 de enero de 2012
El exministro de Fomento, José Blanco, afronta hoy por la mañana en el Tribunal Supremo su hora de la verdad. Con su declaración judicial como imputado ante el magistrado instructor, José Ramón Soriano, tendrá la primera oportunidad de ofrecer su versión sobre las graves acusaciones lanzadas por el empresario lucense Jorge Dorribo, que asegura haber entregado cantidades de dinero al primo político de Blanco para que este le ayudara a desbloquear distintas gestiones en el Ministerio de Sanidad.
La declaración coincide con la decisión del Supremo de levantar el secreto del sumario sobre las declaraciones del industrial imputado que afectan a José Blanco. La resolución, que se hizo efectiva el martes pasado, trataría de facilitar la defensa de Blanco, según fuentes jurídicas consultadas. «El levantamiento del secreto se toma para que el imputado tenga un conocimiento cierto de las acusaciones antes de su declaración», aseguran estas fuentes, que inciden en la contradicción de que el juzgado de Lugo que instruye el caso siga con las diligencias bajo secreto.
Con conocimiento oficial y no solo mediático de las acusaciones, Blanco se sentará en el banquillo tranquilo, acompañado por su abogado, Gonzalo Martínez Fresneda, al que estos días se la ha visto defendiendo al juez Garzón en el Supremo. El abogado de Dorribo, Ignacio Peláez, por contra, acompañó a un cliente suyo muy conocido: José María Ruiz Mateos.
La estrategia de Blanco pasará por negar tajantemente las acusaciones de cohecho y tráfico de influencias, basadas en unas declaraciones que, creen, contienen contradicciones y que se fueron construyendo en sucesivas comparecencias.
LA PRIMERA DECLARACIÓN
Solo se menciona el pago de 40.000 euros. En la primera declaración de Dorribo, el 8 de agosto del 2011, el contacto con José Blanco lo aportaría el vicepresidente de Azkar, José Antonio Orozco. «Dice que tiene buena relación con él, que su casa de Madrid se la debe a él [...] y que cuando yo quiera tengo contacto directo para hablar con Leire Pajín», para supuestamente interceder en el negocio de la comercialización de unidosis. La única referencia a entregas de dinero en esta declaración se refiere a 40.000 euros que supuestamente abona en Andorra en efectivo. Este pago está relacionado con que sus socios de la consultora Proitec le recomiendan hacer todas las obras con el primo del ministro, Manuel Bran. «Se les llamaba [a la empresa Espiñeira & Bran] [...] y pagaban sin discutir el precio». Dorribo entiende que con esta forma de actuar «se está pagando su favor». Más adelante admite que, una vez terminado el montaje eléctrico en su nave, aún adeuda a Manuel Bran «unos cien mil euros».
En esta primera declaración narra de forma muy somera el encuentro con el ministro y su primo en la gasolinera, el 5 de febrero del 2011, pero en ningún momento se mencionan pagos de dinero.
LA CONEXIÓN ANDORRANA
Pagos para adquirir una farmacia embargada. Después de que el diario El Mundo publicara el 4 de octubre los supuestos desembolsos, que alcanzarían los 400.000 euros, Dorribo vuelve a declarar ante la jueza Estela San José el 13 de octubre. Entonces menciona un pago de 90.000 euros desde una firma andorrana y otro de 200.000, en metálico, al primo del ministro en el encuentro de la gasolinera. La primera cantidad correspondería a una obra realizada por Bran por valor de 36.391 euros, que se inflaría hasta los 123.000. El sobrante «lo tenía que entregar Espiñeira a José Blanco».
Una nueva vía de investigación, no obstante, demostraría con abundante documentación y cheques nominativos que los pagos realizados desde Andorra por Jorge Dorribo se dirigieron a un juzgado andorrano para pagar a los acreedores -la mayoría entidades financieras- de una farmacia embargada que Dorribo estaba interesado en adquirir. Los cheques dirigidos a este fin alcanzarían los 600.000 euros, según ha podido saber La Voz. En ningún caso habría constancia de pagos a Blanco o a su primo.
LA CREENCIA GENERALIZADA
Los empresarios pensaban que contratando a Bran obtenían favores, pero no era así. La primera declaración de Dorribo refleja a la perfección la sensación generalizada, más por el boca a boca que por los hechos, de que contratando a Manuel Bran se podía obtener «favores» del ministro. Pero el propio Dorribo narra el caso de un empresario que, habiendo pagado los servicios de la empresa eléctrica, no consiguió dos contratos medioambientales del AVE gallego que esperaba obtener. «Él le había dado chollos y, sin embargo, presenta concursos y se los deniegan», aseguró Dorribo ante la jueza. «Decía que cumplía, que metía electricidad [...] y ese ministro no le da nada, pues pierde todos los concursos». El propio Dorribo asegura que, al contratar al primo del ministro, solo «entendía» que estaba pagando sus supuestos favores. Pero da la impresión de que no tenía una seguridad completa, al menos en esta primera testifical poco antes de salir de la cárcel.
EL NEGOCIO
Medicamentos usados para África. También de forma indirecta, Dorribo narra en su segunda declaración que José Blanco estaría supuestamente interesado en ser socio de un negocio para crear una empresa que recogiera los medicamentos de los puntos Sigre de reciclaje en las farmacias. Pero esto solo lo sabe por medio un tercero: José Antonio Orozco, que le contaría los resultados de su entrevista con Blanco. Incluso el propio Orozco, según Dorribo, se erige en representante del exministro en la sociedad. En una cena posterior, Dorribo dice escuchar de viva voz ese supuesto interés del ministro.
Según el empresario, la idea era aprovechar los medicamentos que aún no estaban caducados para venderlos en África. En su declaración ofrece un cálculo del beneficio anual que tendría la empresa si hubiera obtenido el permiso para recoger los medicamentos: unos 50 millones de euros de ganancias al año y solo un millón de gastos en la infraestructura.
El exministro declara hoy, después de que el Supremo levantara el secreto sobre las acusaciones y con pistas de que el dinero andorrano de Dorribo se usó para pagar un embargo
pablo gonzález / la voz 26 de enero de 2012
El exministro de Fomento, José Blanco, afronta hoy por la mañana en el Tribunal Supremo su hora de la verdad. Con su declaración judicial como imputado ante el magistrado instructor, José Ramón Soriano, tendrá la primera oportunidad de ofrecer su versión sobre las graves acusaciones lanzadas por el empresario lucense Jorge Dorribo, que asegura haber entregado cantidades de dinero al primo político de Blanco para que este le ayudara a desbloquear distintas gestiones en el Ministerio de Sanidad.
La declaración coincide con la decisión del Supremo de levantar el secreto del sumario sobre las declaraciones del industrial imputado que afectan a José Blanco. La resolución, que se hizo efectiva el martes pasado, trataría de facilitar la defensa de Blanco, según fuentes jurídicas consultadas. «El levantamiento del secreto se toma para que el imputado tenga un conocimiento cierto de las acusaciones antes de su declaración», aseguran estas fuentes, que inciden en la contradicción de que el juzgado de Lugo que instruye el caso siga con las diligencias bajo secreto.
Con conocimiento oficial y no solo mediático de las acusaciones, Blanco se sentará en el banquillo tranquilo, acompañado por su abogado, Gonzalo Martínez Fresneda, al que estos días se la ha visto defendiendo al juez Garzón en el Supremo. El abogado de Dorribo, Ignacio Peláez, por contra, acompañó a un cliente suyo muy conocido: José María Ruiz Mateos.
La estrategia de Blanco pasará por negar tajantemente las acusaciones de cohecho y tráfico de influencias, basadas en unas declaraciones que, creen, contienen contradicciones y que se fueron construyendo en sucesivas comparecencias.
LA PRIMERA DECLARACIÓN
Solo se menciona el pago de 40.000 euros. En la primera declaración de Dorribo, el 8 de agosto del 2011, el contacto con José Blanco lo aportaría el vicepresidente de Azkar, José Antonio Orozco. «Dice que tiene buena relación con él, que su casa de Madrid se la debe a él [...] y que cuando yo quiera tengo contacto directo para hablar con Leire Pajín», para supuestamente interceder en el negocio de la comercialización de unidosis. La única referencia a entregas de dinero en esta declaración se refiere a 40.000 euros que supuestamente abona en Andorra en efectivo. Este pago está relacionado con que sus socios de la consultora Proitec le recomiendan hacer todas las obras con el primo del ministro, Manuel Bran. «Se les llamaba [a la empresa Espiñeira & Bran] [...] y pagaban sin discutir el precio». Dorribo entiende que con esta forma de actuar «se está pagando su favor». Más adelante admite que, una vez terminado el montaje eléctrico en su nave, aún adeuda a Manuel Bran «unos cien mil euros».
En esta primera declaración narra de forma muy somera el encuentro con el ministro y su primo en la gasolinera, el 5 de febrero del 2011, pero en ningún momento se mencionan pagos de dinero.
LA CONEXIÓN ANDORRANA
Pagos para adquirir una farmacia embargada. Después de que el diario El Mundo publicara el 4 de octubre los supuestos desembolsos, que alcanzarían los 400.000 euros, Dorribo vuelve a declarar ante la jueza Estela San José el 13 de octubre. Entonces menciona un pago de 90.000 euros desde una firma andorrana y otro de 200.000, en metálico, al primo del ministro en el encuentro de la gasolinera. La primera cantidad correspondería a una obra realizada por Bran por valor de 36.391 euros, que se inflaría hasta los 123.000. El sobrante «lo tenía que entregar Espiñeira a José Blanco».
Una nueva vía de investigación, no obstante, demostraría con abundante documentación y cheques nominativos que los pagos realizados desde Andorra por Jorge Dorribo se dirigieron a un juzgado andorrano para pagar a los acreedores -la mayoría entidades financieras- de una farmacia embargada que Dorribo estaba interesado en adquirir. Los cheques dirigidos a este fin alcanzarían los 600.000 euros, según ha podido saber La Voz. En ningún caso habría constancia de pagos a Blanco o a su primo.
LA CREENCIA GENERALIZADA
Los empresarios pensaban que contratando a Bran obtenían favores, pero no era así. La primera declaración de Dorribo refleja a la perfección la sensación generalizada, más por el boca a boca que por los hechos, de que contratando a Manuel Bran se podía obtener «favores» del ministro. Pero el propio Dorribo narra el caso de un empresario que, habiendo pagado los servicios de la empresa eléctrica, no consiguió dos contratos medioambientales del AVE gallego que esperaba obtener. «Él le había dado chollos y, sin embargo, presenta concursos y se los deniegan», aseguró Dorribo ante la jueza. «Decía que cumplía, que metía electricidad [...] y ese ministro no le da nada, pues pierde todos los concursos». El propio Dorribo asegura que, al contratar al primo del ministro, solo «entendía» que estaba pagando sus supuestos favores. Pero da la impresión de que no tenía una seguridad completa, al menos en esta primera testifical poco antes de salir de la cárcel.
EL NEGOCIO
Medicamentos usados para África. También de forma indirecta, Dorribo narra en su segunda declaración que José Blanco estaría supuestamente interesado en ser socio de un negocio para crear una empresa que recogiera los medicamentos de los puntos Sigre de reciclaje en las farmacias. Pero esto solo lo sabe por medio un tercero: José Antonio Orozco, que le contaría los resultados de su entrevista con Blanco. Incluso el propio Orozco, según Dorribo, se erige en representante del exministro en la sociedad. En una cena posterior, Dorribo dice escuchar de viva voz ese supuesto interés del ministro.
Según el empresario, la idea era aprovechar los medicamentos que aún no estaban caducados para venderlos en África. En su declaración ofrece un cálculo del beneficio anual que tendría la empresa si hubiera obtenido el permiso para recoger los medicamentos: unos 50 millones de euros de ganancias al año y solo un millón de gastos en la infraestructura.
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