Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

miércoles, 26 de marzo de 2014

¿COSTABA 1,5 MILLONES DE PESETAS ENTRAR EN LA NÓMINA DE LA ORA?
Un testigo en la Pokemon hizo referencia a esta posibilidad

d.c. lugo / la voz
26 de marzo de 2014

En el sumario de la operación Pokémon figura la declaración voluntaria de un trabajador de Aparkisa, que pasó después a Doal, donde permaneció tres o cuatro días, antes de que lo despidieran. Manuel Vázquez Sánchez le dijo a la jueza que le había oído a varios compañeros vigilantes que para seguir conservando el puesto de trabajo en la ORA, o para poder obtener la condición de fijo había que pagarle a Javier Reguera. La cantidad de la que habla son 1,5 millones de pesetas.

Según esta versión, uno de los vigilantes que afirmó que había que pagar para conseguir el puesto de trabajo era un familiar de Reguera, que había hecho el comentario incluso cuando Aparkisa se encargaba del sistema ORA y antes de pasar a Doal.

El vigilante despedido aseguró ante Pilar de Lara que las obras de las oficinas de Doal las hicieron cuando la concesión todavía estaba en manos de Aparkisa. Según su versión, una de las encargadas le dijo que era imposible que adjudicaran el servicio a otra empresa porque la mejor oferta era la suya.

Vázquez justificó su despido, junto con el de otros vigilantes, poco después del cambio de empresa, en que no eran personas de la confianza de Reguera. De él dice que era «un dictador» y que los vigilantes le tenían miedo. Según esta versión, los obligaba a pedir permiso para entrar el servicio de algún bar, cuando lo necesitaban. Asegura que andaba siempre «encima de la gente para que denunciase, no estuvieran en los bares y para que anduvieran por la calle continuamente». En su opinión los presionaba y hacía que el trabajo fuera «agobiante y asfixiante». Se quejaba de que denunciaban poco y los picaba entre ellos para que denunciaran más.

Según este antiguo trabajador de Aparkisa, Reguera tenía muy buena relación con Francisco Fernández Liñares, que era quien tomaba algunas decisiones de la empresa de la ORA como a quien contratar y el tiempo que iba a durar el contrato, pese a que el jefe era Tutor. Según esta versión, ambos -Liñares y Reguera- se reunían con mucha frecuencia y en muchas ocasiones los acompañaban dos policías locales que tendrían «sobre cincuenta y cinco años».

Retirada de multas

Cuando le preguntaron al testigo si tenía conocimiento de que Reguera había anulado algunas multas de la ORA y si podía decir nombres, se limitó a señalar que algunas personas habían ido a verlo a la oficina para ello, sobre todo sus amigos. Entre ellos el dueño de un bar de la calle Montero Ríos, en el que dijo que se reunía con Fernández Liñares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario