La Voz 9/2/2010
Los locales de los clubes que se encuentran clausurados desde hace ya cuatro meses son el objetivo de algunos rateros. Recientemente sustrajeron botellas de licor en el veterano club Volvoreta y durante el fin de semana la policía lucense sorprendió con las manos en la masa a cuatro jóvenes que pretendían apoderarse de mercancía en el club Eros de Garabolos.
Los hechos, de acuerdo con la versión oficial de la policía, sucedieron sobre las seis y media de la tarde del sábado cuando los agentes, pertenecientes a una patrulla de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, encontraron en el interior del burdel a unos jóvenes que, supuestamente, habrían violentado los precintos judiciales para pasar para dentro.
La misma versión indica que dos jóvenes intentaron huir, pero fueron alcanzados apenas unos metros más adelante. Pretendían, al parecer, llegar a un vehículo propiedad del padre de uno de ellos.
Dieciocho preservativos
Los policías encontraron en el interior del vehículo en cuestión dos cajas de cervezas que, supuestamente, fueron sustraídas en el establecimiento. Asimismo intervinieron a los jóvenes un total de 18 preservativos que también podrían proceder del interior del local.
Los datos dados a conocer ayer por la comisaría lucense apuntan a que los jóvenes reconocieron los hechos. Después de ser identificados, los cuatro implicados, quedaron en libertad. La policía dio cuenta de las actuaciones al Juzgado de Instrucción número 1 de la capital lucense.
Las puertas del Eros, ubicado al lado de la N-VI y prácticamente en frente del cuartel de los bomberos lucenses, están precintadas. A su vez existe una cadena que impide el acceso de vehículos al aparcamiento, sin embargo cualquier persona puede pasar por debajo al interior.
Los precintos del Queen's también fueron rotos hace algún tiempo, aunque no llegó a saberse si el objetivo fue el robo o, por el contrario, recuperar algún material que habría quedado en el interior.
La situación motivó que, tanto patrullas de la Guardia Civil como también del Cuerpo Nacional de Policía recibieron orden de efectuar rondas de control. En el Colina, de Robra (Outeiro de Rei) no solo no colocaron precintos sino que delante del aparcamiento alguien instaló unos grandes pivotes de cemento.
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