Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

miércoles, 6 de abril de 2011

SEXO, COPAS Y DIVERSIÓN POR LA PLACA

06/04/2011 - M.O. / El Progreso

La jueza Pilar de Lara fue concienzuda en los interrogatorios. Tanto a los dueños de los clubes como las decenas de prostitutas interrogadas les preguntaba sobre agentes de la ley que frecuentarán los burdeles. Además, les mostraba plantillas con fotos de guardias, policías nacionales y locales.

El resultado es un sinfín de testimonios que sitúan como clientes habituales de los burdeles a un grupo de policías nacionales. Eso no sería nada raro si no fuera por el trato de favor que recibían, según las declaraciones: prácticamente nunca pagaban ni las copas ni los servicios sexuales que recibía, que corrían siempre por cuenta de los dueños de los clubes. A cambio, estos funcionaban sin mayores problemas y, supuestamente, eran avisados de las redadas y cuando éstas se producían los resultados eran escandalosamente pobres.

Además del policía que trabajaba en Barajas y que permitía la entrada de las mujeres, F.J.F.B., éstas reconocieron como sus clientes más habituales a los agentes A.F.G., L.F.G., J.M.D.S. y M.C.G. Todos ellos fueron detenidos e imputados en el marco de esta operación.

Uno de los locales por los que se les veía con más frecuencia era el Queens, aunque también se dejaban caer por el Eros y La Colina. El Liverpool, sin embargo, era más de guardias civiles. Algunas de las prostitutas incluso llegan a relatar como se hacían importantes transacciones de droga en el Queens a la vista de todo el mundo, con cantidades muy serias de dinero y de estupefacientes, mientras algunos de estos policías nacionales estaban en el local, sin que se dieran por aludidos. Esos negocios se hacían en una mesa del local o en la cocina.

Hay incluso una grabación telefónica en la que el propietario del Queens, J.M.G.A., les mete una severa bronca porque uno de ellos, al parecer uno de los novatos, había presumido ante una de las prostitutas de saber que iba a haber una redada pronto, y a la noche siguiente la mayor parte de las chicas no fueron a trabajar por miedo a la intervención. El chivatazo, al final, resultó ser falso.

Uno de los policías identificados incluso es señalado por las mujeres como un hombre que las trataba mal cuando tenía sexo con ellas, con muchos gritos y con constantes insultos.

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