A la hora de trabajar en el Queen's tenían preferencia, o por lo menos así fue durante algún tiempo, las mujeres de origen brasileño. Los responsables del establecimiento usaban una peculiar fórmula que consistía en aceptar a aquellas empleadas que traían un billete abierto con la vuelta a su país dentro de tres meses. Así, si había algún problema, argumentaban que la situación de las empleadas era temporal y que en el plazo fijado en el pasaje regresarían a su país.
Este local nocturno tenía en la planta baja una amplia barra en la que también había numerosos reservados. En el piso de arriba estaban las habitaciones. Todo estaba perfectamente pensado. Los promotores del negocio montaron una cocina industrial en la que se preparaba la comida para las mujeres, con lo cual estas apenas tenían necesidad de salir del inmueble. Los horarios de trabajo iban desde las cinco de la tarde hasta las cinco de la madrugada en muchas ocasiones.
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