ENFRENTAMIENTOS EN LA BRIGADA DE EXTRANJERÍA DE LA COMISARÍA LUCENSE
La Voz 22/4/2011
La Brigada de Extranjería de la comisaría de Lugo quedó desarticulada durante la investigación de la jueza Pilar de Lara Cifuentes. Los policías adscritos a la unidad que fueron detenidos ya no se encuentran en la misma y fue designado un nuevo responsable.
A lo largo de la investigación se supo que entre algunos de los integrantes de la brigada no existía ningún tipo de sintonía. Todo lo contrario, había supuestos enfrentamientos. Es más, en alguna ocasión llegaron a recogerse firmas para apartar de la sección a algún agente que resultaba incómodo.
Acaparaban asuntos
El jefe, Evaristo Rodríguez, y el segundo de a bordo, el subinspector Eduardo Castro Prado, acaparaban los grandes asuntos, y cuando algún agente pretendía ocuparse de algún asunto, era reprendido. Los investigadores recibieron testimonios que apuntan a que el subinspector tenía una parcela muy amplia en la que, presuntamente, no dejaba que se metiera nadie.
Cuando algún policía trató de investigar delitos, fue abroncado por el jefe por no dar cuenta al subinspector. A algunos de los agentes les llamó poderosamente la atención que el subinspector Eduardo Castro se reservase los temas relacionados con los clubes y la prostitución y que en alguna ocasión supuestamente sacase del calabozo a una mujer basándose en que era testigo protegida.
La Voz 22/4/2011
La Brigada de Extranjería de la comisaría de Lugo quedó desarticulada durante la investigación de la jueza Pilar de Lara Cifuentes. Los policías adscritos a la unidad que fueron detenidos ya no se encuentran en la misma y fue designado un nuevo responsable.
A lo largo de la investigación se supo que entre algunos de los integrantes de la brigada no existía ningún tipo de sintonía. Todo lo contrario, había supuestos enfrentamientos. Es más, en alguna ocasión llegaron a recogerse firmas para apartar de la sección a algún agente que resultaba incómodo.
Acaparaban asuntos
El jefe, Evaristo Rodríguez, y el segundo de a bordo, el subinspector Eduardo Castro Prado, acaparaban los grandes asuntos, y cuando algún agente pretendía ocuparse de algún asunto, era reprendido. Los investigadores recibieron testimonios que apuntan a que el subinspector tenía una parcela muy amplia en la que, presuntamente, no dejaba que se metiera nadie.
Cuando algún policía trató de investigar delitos, fue abroncado por el jefe por no dar cuenta al subinspector. A algunos de los agentes les llamó poderosamente la atención que el subinspector Eduardo Castro se reservase los temas relacionados con los clubes y la prostitución y que en alguna ocasión supuestamente sacase del calabozo a una mujer basándose en que era testigo protegida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario