Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

martes, 5 de abril de 2011

LAS MUERTAS QUE PUDIERON SER

05/04/2011 - M. Olarte / J.M.Freire / El Progreso

¿Verdades o leyendas de prostíbulo? La supuesta existencia de una o varias mujeres muertas por palizas en clubs de alterne y luego hechas desaparecer es un rumor que corre como el agua entre las chicas. El juzgado del caso Carioca y los investigadores no fueron ajenos a esas sospechas, por lo que trabajaron para determinar la veracidad de esos comentarios, sin conseguir resultados positivos hasta el momento.
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La lectura del sumario revela que no solamente se investiga el supuesto crimen de una chica en el Queens. Hay sospechas de que una chica brasileña de 25 años, identificada como C.R.S. y encontrada muerta víctima de un supuesto atropello el 17 de abril de 2006 en Vilapedre (Sarria), pudo haber sido asesinada y trasladada desde Lugo hasta la cuneta de la carretera para simular un atropello.

Un guardia civil de la Policía Judicial, compañero de los principales encausados, puso el hecho en conocimiento del juzgado mediante un escrito personal, donde dice que intentó infructuosamente conseguir las diligencias de la fallecida en los archivos de papel y digitales de la comandancia. Cree que esa información está desaparecida, a pesar de que el cabo A.L.T. realizó diversas gestiones en los clubs de alterne de la zona para averiguar la identidad de la chica.

El agente denunciante, que finalmente también resultaría imputado, ratificó en agosto pasado sus sospechas ante la jueza. Al menos dos chicas también mencionaron la muerte de la brasileña y coincidieron en que tenía el rostro desfigurado por los golpes, asegurando haber oído rumores de que los supuestos autores del crimen simularon un accidente.

Sin embargo, los mayores esfuerzos de la jueza instructora y de los investigadores se centran en una prostituta llamada Ana. Prácticamente todas las mujeres que trabajaron en algún momento en el club Queens son interrogadas al respecto. Las respuestas van desde las que aseguran que ni la han oído nombrar hasta las que incluso llegan a aportar detalles muy precisos, pero siempre de oídas y nunca comprobables. Versiones que se desmoronan ante la realidad, conformando un cuerpo similar al de cualquier leyenda urbana pero muy efectiva a la hora de mantener el miedo entre las prostitutas que trabajaban para J.M.G.A.

Según las sospechas de los investigadores, Ana sería una prostituta brasileña que trabajó en el Queens y que desapareció de forma misteriosa. Lo que ya no está tan claro es cómo y dónde murió, ni siquiera si murió. Uno de los primeros testimonios sitúa su muerte en Madrid, en la Casa de Campo. De hecho, Pilar de Lara incluso llega a pedir a la Uco y la Udico de la Guardia Civil que emitan informes sobre el asunto. Una mujer rumana deja entrever en una de las declaraciones que pudo haber sido víctima de una red de tratas de blancas encabezada por un compatriota suyo.

Versiones

Pero las versiones son casi tantas como testigos dicen haber oído hablar del caso. La más citada es una tal Joana, expareja del dueño del Queens, y a quien la mayoría de las declarantes se refieren como fuente, bien directa o bien indirecta.

Algunas aseguran que la mujer habría muerto al ser empujada por las escaleras y romperse el cuello, pero parece que en ese caso fue otra mujer la que cayó y se dañó un tobillo.

En otra versión se habla de que fue J.M.G.A. el que la habría golpeado hasta morir en el interior de una de las habitaciones. Pero testimonios no menos, ni más, convincentes que los anteriores indican que la mujer habría muerto ahogada en la piscina de la parte trasera del prostíbulo, en una noche de fiesta.

Ese lugar, la parte trasera del prostíbulo, es el único nexo de estas versiones: todas las que habían oído hablar de asunto creían que el cadáver estaba enterrado allí. Sí que es cierto que muchas de ellas coinciden al describir el mucho tiempo que pasaba J.M.G.A. en esa zona y lo poco que le gustaba que nadie le molestara allí, donde incluso criaba gallinas. También hay coincidencia en que al dueño del prostíbulo no le gustaba que nadie se acercase a la piscina, que permanecía vacía.

El cadáver, según contó Joana a varias mujeres, fue tirado primero a un pozo negro y posteriormente recuperado y enterrado en la trasera del Queens, para lo que el presunto homicida habría contado incluso con la ayuda de la máquinas de un contratista de la construcción cliente y amigo suyo. Otras, en cambio, creían que se encontraba bajo el hormigón de la piscina.

La jueza Pilar de Lara ordenó ir tirando de todos estos hilos, al parecer con poco éxito. En agosto de 2010 decidió desembarcar en el Queens con artillería pesada. Pese a que en el auto de registro no figura que se esté buscando un cadáver ni que se esté investigando un asesinato, la magistrada contó con equipos de la policía científica para poner patas arriba el club y buscar rastros. Incluso se llegó a barajar la idea de excavar todo el terreno, lo que al final no se hizo. También se llevaron perros, que solo hallaron un puñado de explosivos inútiles.

De todos modos, la tal Joana arrojó un jarro de agua fría sobre la investigación cuando finalmente fue localizada. Aseguró que ni sabía dónde estaba el cadáver, ni sabía nada de Ana, y que lo que ella tenía entendido es que la muerte en la piscina había sido accidental y sucedió en un club de Pontevedra en el que había trabajado J.M.G.A., lo que le dejó muy afectado. Pese a todo, no se puede olvidar que aún hay partes del sumario secretas y que la investigación sigue. Tal vez den con Ana.

Más cariño por las gallinas que por las prostitutas

El dueño del Queens es un hombre peculiar, además de peligroso. Según los testimonios incluidos en el sumario, pasaba horas y horas en la parte de atrás del club, un terreno en el que tenía la piscina (vacía), un amplio terreno con algún árbol en el que criaba gallinas y ovejas y una zona en la que preparaba sus coches. En uno de ellos, un agente que hacía servicios de vigilancia en el prostíbulo halló un kilo de hachís meses después de su detención.
Pero hay un testimonio que da la medida del carácter de este hombre. Cuando una de las prostitutas -con las que solía ser muy violento, según dicen- le pidió que le diera una de sus gallinas para hacer una comida, él prefirió regalarle 50 euros para que se comprara una antes que dejar que se comiera una de las que él cuidaba, según se recoge en el expediente judicial.

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