«ERA EL QUE NOS HACÍA LAS CHORIZADAS», DIJERON ALGUNOS AGENTES
La Voz 2/6/2011
No se sabe si por vocación o por obligación, José Rodríguez Corral era quien se ocupaba de preparar la comida para los policías. «Era el que se encargaba de hacernos las chorizadas y los cocidos», les explicaron algunos agentes a los encargados de la investigación relacionada con este club policial de pesca.
Parece que los responsables del Santo Ángel tenían establecida una mecánica que consistía en que cuando iban de pesca compraban previamente churrasco o carne para el cocido y después era Parguiñas el que se ocupaba de tenerlo todo a punto. «Se chupaban los dedos. Cocinaba muy bien», contó alguno de los que asistían a las comidas.
Jubilados y activos
La lista de comensales parece ser amplia e iba desde cargos en activo a agentes que ya se encontraban jubilados. También asistían con regularidad a estas celebraciones lúdicas policías que en su momento fueron llamados en calidad de imputados por la jueza Pilar de Lara.
Los investigadores también se interesaron, por saber cómo acababan esas celebraciones gastronómicas, en definitiva, cómo era el fin de fiesta. Al parecer, les llegaron informaciones que apuntaban a que en el tramo final de las veladas se abrían las puertas a las mujeres, que hasta ese momento, tenían vetada la entrada.
Se desconoce qué avances pudieron hacer al respecto quienes se ocuparon de conocer detalles de estas comidas, entre otras razones porque al llegar a este punto parece que quienes podían aportar información no solo pisaban a fondo el freno sino que ponían inmediatamente la marcha atrás para guardar silencio.
La Voz 2/6/2011
No se sabe si por vocación o por obligación, José Rodríguez Corral era quien se ocupaba de preparar la comida para los policías. «Era el que se encargaba de hacernos las chorizadas y los cocidos», les explicaron algunos agentes a los encargados de la investigación relacionada con este club policial de pesca.
Parece que los responsables del Santo Ángel tenían establecida una mecánica que consistía en que cuando iban de pesca compraban previamente churrasco o carne para el cocido y después era Parguiñas el que se ocupaba de tenerlo todo a punto. «Se chupaban los dedos. Cocinaba muy bien», contó alguno de los que asistían a las comidas.
Jubilados y activos
La lista de comensales parece ser amplia e iba desde cargos en activo a agentes que ya se encontraban jubilados. También asistían con regularidad a estas celebraciones lúdicas policías que en su momento fueron llamados en calidad de imputados por la jueza Pilar de Lara.
Los investigadores también se interesaron, por saber cómo acababan esas celebraciones gastronómicas, en definitiva, cómo era el fin de fiesta. Al parecer, les llegaron informaciones que apuntaban a que en el tramo final de las veladas se abrían las puertas a las mujeres, que hasta ese momento, tenían vetada la entrada.
Se desconoce qué avances pudieron hacer al respecto quienes se ocuparon de conocer detalles de estas comidas, entre otras razones porque al llegar a este punto parece que quienes podían aportar información no solo pisaban a fondo el freno sino que ponían inmediatamente la marcha atrás para guardar silencio.
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