Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

jueves, 14 de junio de 2012

UN POLICÍA DE LUGO DECLARA A LA JUEZA QUE SE DESTRUÍAN MULTAS «Y NADIE DECÍA NADA»
Otro agente dice que el departamento de sanciones dejó sin documentar la retirada de un boletín

Xosé Carreira / La Voz 
14 de junio de 2012

«Se destruía cualquier boletín de denuncia y nadie decía nada. No había que rendir cuentas». Así se expresó ayer un agente en su declaración ante la jueza que investiga la supuesta retirada irregular de sanciones de tráfico en la Policía Local de Lugo. En el transcurso de la sesión, en la que declararon como imputados cinco agentes, uno de ellos presentó un documento firmado correspondiente a una reunión del año 2007 con el ahora director general en la que le plantearon que pusiera fin a los rumores existentes de que los expedientes no llegaban a su fin. Ese alto cargo les dijo que crearía un nuevo sistema informático y los dotaría de unas PDA para que todo quedara registrado, no hubiera situaciones raras ni pérdidas extrañas. «Hasta el día de hoy ni se nos dio la PDA, ni sistema informático, ni nada parecido», le explicó el guardia a la magistrada.

El mismo agente recordó cómo una de las sanciones supuestamente anulada fue entregada y recogida documentalmente en la unidad de sanciones. Pues bien, presuntamente fue sacada del departamento de una manera que pudo ser irregular, expresó el policía, que afirmó que no tiene constancia de la existencia de ningún acta que recoja cómo fue retirada.

En las declaraciones volvió a salir a relucir el famoso buzón en el que los policías dejaban las multas. Un agente dijo que, al llenarse, fácilmente se podían extraer los boletines. Ante esta situación acordaron ponerle una plataforma que, nada más introducirse el sobre, este caía al suelo de la oficina de sanciones. Tampoco esta era una solución porque la puerta de la dependencia tenía hasta tres dedos de holgura y se podían sustraer los boletines. «Una vez eché uno y, como debía haber una ventana abierta, volvió sobre mis pies», señaló un agente. Otro de los declarantes dijo que hubo un tiempo en el que podían retirar dos o tres multas al año, incluso alguna de radar.

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