Las relaciones entre el cabo Armando Lorenzo y el empresario de la noche, Javier Álvarez, fueron en todo momento muy agrias y, por lo visto, muy complicadas. Tanto es así que el guardia no le perdonó al empresario que hubiese convocado una rueda de prensa en el Satélite 22 de Becerreá para contar que se sentía no solo presionado sino chantajeado. Lorenzo presentó una denuncia contra el hostelero y éste fue condenado por un juzgado de la capital a dos años de cárcel y al pago de 6.000 euros de indemnización para el agente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario