El Alemán relató a la Guardia Civil que buscó los 30.000 euros por si acaso le llegaban para pagar su fianza y también la de su amante que debía ir a la cárcel. Contó que, a sabiendas de que no estaba allí porque estaba informado de la situaicón, fueron a buscarlo una noche al negocio que tuvo en la calle Grandío. El encargado del establecimiento, al comprobar que la Guardia Civil lo buscaba lo llamó por teléfono para informarlo de la situación.
El ex empresario de la noche reveló que él se presentó al día siguiente en la Audiencia donde, presuntamente, le esperaba el cabo de la Guardia civil. Hablaron, al parecer del dinero y el Alemán dijo que, antes de entregarle el sobre que llevaba oculto en sus ropas prefería hablar con funcionarios de la Audiencia por si le ponían fianza.
Después de ser detenida la que por aquel entonces era su amante, el empresario sarriano hizo constar que fue llevado en un coche por el guardia quien presuntamente le planteó que le entregara el dinero y que, a cambio, le facilitaría el poder llegar a Portugal. El Alemán relató que, al decirle que el sobre no lo se lo entregaría, el cabo supuestamente le dio una bofetada y le advirtió de en el futuro lo iba a pasar muy mal.
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