El ex empresario del alterne afirmó en su declaración esta semana que si no pagaba sufría constantes denuncias
La Voz 14/2/2010
El ex empresario de la noche Javier Álvarez, conocido como El Alemán, prestó declaración esta semana en la comandancia de la Guardia Civil dentro del marco de la operación Carioca. Hizo constar, según aseguraron algunas fuentes, que guardias civiles de la comandancia de Lugo supuestamente establecieron en su momento un «impuesto» que evitaba tener problemas. A él le pedían 650 euros al mes para que el Satélite 22 de Becerreá funcionara sin ningún tipo de incordio. Eso, supuestamente, ya ocurría hace diez años.
Javier Álvarez, denunció hace años al cabo Armando Lorenzo por presuntas prácticas irregulares en el desarrollo de su cometido. El ex empresario acabó siendo condenado por la Justicia, que estimó que había injuriado al agente. Fue a la cárcel y pagó 6.000 euros de indemnización. Ahora está libre y el guardia en la cárcel.
«Me arruinaron la vida»
El Alemán se negó a hacer declaraciones en relación a su presencia en el cuartel de la Guardia Civil de Lugo para declarar. «Por favor, no traten de buscarme más problemas, bastante me arruinaron la vida moral y económica, pagando una condena por algo que no hice. Todo por no colaborar con el sobre», expresó este industrial sarriano.
De todos modos, de su declaración trascendieron algunos aspectos. Al parecer, indicó que en una ocasión el cabo Armando le mandó a un aviso para que acudiera a un encuentro en una conocida cafetería de Sarria. Allí supuestamente acudió el guardia, en compañía de otro.
El ex empresario de la noche manifestó que estaba muy molesto con la presión a la que presuntamente tenían sometidos sus negocios un mando de la Guardia Civil de Sarria (actualmente destinado en otra población). Relató a los guardias que le tomaron declaración que en el supuesto encuentro con el cabo Armando y con otro guardia le preguntaron precisamente por la relación con ese mando. Como no era buena, el agente actualmente encarcelado, supuestamente le dijo que las cosas se podían arreglar pagando 600 euros al mes, por un negocio de hostelería que tenía abierto en la villa sarriana y 650 por el Satélite 22. Así lo hizo constar el Alemán en su declaración, según algunas fuentes. También explicó que pasaron unos meses y dejó de producirse el supuesto acoso. Transcurrido el tiempo y al no pagar, el empresario manifestó en su declaración que volvieron a producirse, incluso, registros sin orden judicial y supuestas amenazas.
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