JEQUES ÁRABES A LOS QUE QUERÍA IMPRESIONAR CON SUS COCHES DE LUJO
La Voz 29/5/2011
Sobre Dorribo, el Campeón, circulan, ahora que es fácil hacer leña del árbol caído, numerosas leyendas, que se entremezclan con las múltiples anécdotas, sin establecer una verdadera barrera entre unas y otras. Hay quien dice que para impresionar a los jeques árabes que invitó a Lugo a conocer su fábrica de O Ceao y a firmar un convenio en la Diputación, llenó un almacén de cajas de medicamentos vacías y vistió con batas de médicos a simples empleados. Éstos pasaron un mal rato temerosos de que intentaran abrir alguna de las cajas para comprobar su contenido. Coló.
Entre la leyenda y la realidad también circulan otras anécdotas vinculadas a los invitados árabes. Los llevó al circuito de A Pastoriza, en medio de un gran boato, donde les prestó sus mejores coches para que hicieran carreras entre ellos, posiblemente en el contexto de alguna negociación importante para sus laboratorios, porque, desprendido sí, pero no tonto. Alguno de los lujosos vehículos sufrió las consecuencias de la falta de pericia de sus conductores más acostumbrados a dejarse llevar por chóferes.
Pilotos de rali de chóferes
A Dorribo, según quienes lo conocen, le gustaba impresionar y no dudaba en pedirle a alguno de sus pilotos de rali favores como ir a recoger a los jeques al aeropuerto, en vehículos de gran cilindrada para después pasearlos por autopistas y carreteras a velocidades de vértigo, sin reparar en posibles multas por los excesos.
En la trayectoria empresarial de Dorribo hay episodios que quedaron sin aclarar como los motivos del cierre del Laboratorio de Biología Molecular, un proyecto que había defendido públicamente. Contrató personal, entre ellos al patólogo más prestigioso de Lugo en aquellos momentos, que lo puso en marcha y le dio contenido. Sin explicaciones por ninguna de las partes la investigación se trasladó a Polusa y esa línea dejó de funcionar.
El inicio del declive del empresario se remonta a unos meses atrás, cuando sus problemas económicos empezaron a aflorar y algo antes de que la jueza de la operación Carioca lo citara a declarar. Fue de los últimos a los que llamó. Algunas de las amistades también se esfumaron a partir de ahí.
La Voz 29/5/2011
Sobre Dorribo, el Campeón, circulan, ahora que es fácil hacer leña del árbol caído, numerosas leyendas, que se entremezclan con las múltiples anécdotas, sin establecer una verdadera barrera entre unas y otras. Hay quien dice que para impresionar a los jeques árabes que invitó a Lugo a conocer su fábrica de O Ceao y a firmar un convenio en la Diputación, llenó un almacén de cajas de medicamentos vacías y vistió con batas de médicos a simples empleados. Éstos pasaron un mal rato temerosos de que intentaran abrir alguna de las cajas para comprobar su contenido. Coló.
Entre la leyenda y la realidad también circulan otras anécdotas vinculadas a los invitados árabes. Los llevó al circuito de A Pastoriza, en medio de un gran boato, donde les prestó sus mejores coches para que hicieran carreras entre ellos, posiblemente en el contexto de alguna negociación importante para sus laboratorios, porque, desprendido sí, pero no tonto. Alguno de los lujosos vehículos sufrió las consecuencias de la falta de pericia de sus conductores más acostumbrados a dejarse llevar por chóferes.
Pilotos de rali de chóferes
A Dorribo, según quienes lo conocen, le gustaba impresionar y no dudaba en pedirle a alguno de sus pilotos de rali favores como ir a recoger a los jeques al aeropuerto, en vehículos de gran cilindrada para después pasearlos por autopistas y carreteras a velocidades de vértigo, sin reparar en posibles multas por los excesos.
En la trayectoria empresarial de Dorribo hay episodios que quedaron sin aclarar como los motivos del cierre del Laboratorio de Biología Molecular, un proyecto que había defendido públicamente. Contrató personal, entre ellos al patólogo más prestigioso de Lugo en aquellos momentos, que lo puso en marcha y le dio contenido. Sin explicaciones por ninguna de las partes la investigación se trasladó a Polusa y esa línea dejó de funcionar.
El inicio del declive del empresario se remonta a unos meses atrás, cuando sus problemas económicos empezaron a aflorar y algo antes de que la jueza de la operación Carioca lo citara a declarar. Fue de los últimos a los que llamó. Algunas de las amistades también se esfumaron a partir de ahí.
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