EL TESTIGO LOGRÓ LEGALIZAR AL NOVIO DE SU HIJA, PERO NO SIN HABLAR CON EL CABO
02/06/2011 - X.A / El Progreso
El compañero en la Audiencia del agente detenido relata la experiencia de la legalización de un extranjero, que vivió en primera persona, al tratarse de un brasileño novio de su hija. Y la conclusión fue que «hay que pasar por A.L.T.».
El relato empieza cuando se presentó en comisaría con el chico para informarse de los trámites. Lo atendieron el inspector jefe y el subinspector, hoy imputados en la operación Carioca, quienes al saber que era guardia civil en la reserva le preguntaron: «¿No conoces a Armando?» A lo que él respondió: «Hombre, me estás hablando del mayor delincuente de la comandancia», comentario que enfadó al inspector, quien mandó pasar al brasileño a su despacho y cursó una orden de expulsión.
Ante esta situación, el guardia civil se dirigió a la Subdelegación y fue atendido por el jefe de Inmigración -también está imputado-, el cual le aconsejó que comentara el caso con A.L.T. «Como no hables con él, en comisaría no me van a hacer el informe favorable que necesito», le dijo el funcionario.
Entonces, decidió telefonear a su excompañero, que al escuchar de qué iba el tema prefirió quedar en persona con él. Ambos se trasladaron a comisaría y el cabo pasó media hora en el despachó de los dos mandos de Extranjería. Al salir, los cuatro fueron a tomar un café y A.L.T. dijo: «aquí tienes a los mal encarados, márchate tranquilo que el problema está resuelto». Antes de abandonar el bar, el cabo dijo a los dos policías: «la cesta de Navidad de éste, a ver como nos la repartimos.
Dieron curso a la petición y el expediente «siguió su curso». Ahora el chico vive y trabaja en Lugo y el testigo ya es abuelo.
02/06/2011 - X.A / El Progreso
El compañero en la Audiencia del agente detenido relata la experiencia de la legalización de un extranjero, que vivió en primera persona, al tratarse de un brasileño novio de su hija. Y la conclusión fue que «hay que pasar por A.L.T.».
El relato empieza cuando se presentó en comisaría con el chico para informarse de los trámites. Lo atendieron el inspector jefe y el subinspector, hoy imputados en la operación Carioca, quienes al saber que era guardia civil en la reserva le preguntaron: «¿No conoces a Armando?» A lo que él respondió: «Hombre, me estás hablando del mayor delincuente de la comandancia», comentario que enfadó al inspector, quien mandó pasar al brasileño a su despacho y cursó una orden de expulsión.
Ante esta situación, el guardia civil se dirigió a la Subdelegación y fue atendido por el jefe de Inmigración -también está imputado-, el cual le aconsejó que comentara el caso con A.L.T. «Como no hables con él, en comisaría no me van a hacer el informe favorable que necesito», le dijo el funcionario.
Entonces, decidió telefonear a su excompañero, que al escuchar de qué iba el tema prefirió quedar en persona con él. Ambos se trasladaron a comisaría y el cabo pasó media hora en el despachó de los dos mandos de Extranjería. Al salir, los cuatro fueron a tomar un café y A.L.T. dijo: «aquí tienes a los mal encarados, márchate tranquilo que el problema está resuelto». Antes de abandonar el bar, el cabo dijo a los dos policías: «la cesta de Navidad de éste, a ver como nos la repartimos.
Dieron curso a la petición y el expediente «siguió su curso». Ahora el chico vive y trabaja en Lugo y el testigo ya es abuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario