LA RED DEL CAMPEÓN ENVIÓ A ANDORRA COCHES DE ALTA GAMA Y LOS VENDIÓ A UN TESTAFERRO
Natalia Puga | El Mundo
09/03/2012
Las ramificaciones de la trama organizada por Jorge Dorribo no sólo salpican a Andorra en el ámbito empresarial. El industrial farmacéutico también utilizaba los vínculos establecidos en ese país para mantener su ritmo de vida y una de sus principales aficiones: los coches de alta gama.
Según recoge la parte alzada del sumario de la 'operación Campeón', el empresario trasladó a Andorra una parte de su flota de vehículos de alta gama "con el fin ocultarlos a la posibles actuaciones judiciales en España y, al mismo tiempo, simular su venta a posibles testaferros" en ese país.
Esta actividad de Dorribo tenía como objetivo supuestamente blanquear el dinero que había obtenido "defraudando subvenciones ilícitamente logradas" y tenía una figura de referencia en Andorra, el propietario de un concesionario de coches de alta gama andorrano Josep Lluis Montes.
La juez Estela San José dictó un auto en el que considera que "existen indicios razonables que permiten sospechar que Jorge Dorribo en connivencia con Josep Lluis Montes está llevando a cabo el cambio de titularidad de los vehículos". Las sospechas se refieren a 21 vehículos, entre los que estaría el Audi A6 que conducía el empresario en el momento de su detención, que figuraba a nombre del andorrano.
El sumario define a Montes como "persona que actúa supuestamente como testaferro de Jorge Dorribo en el Principado de Andorra, siendo titular formal de aquellos (los coches) cuando en realidad la titularidad real es de Jorge Dorribo". Añade que el lucense "habría realizado ese cambio de titularidad para evitar que se pueda localizar el destino final del dinero defraudado".
Entre los coches que la juez San José y Vigilancia Aduanera meten en este saco están dos matriculados en Andorra (un Porsche Cayenne y un Nissan) y 19 de matriculación española, entre ellos, un Aston Martin, dos Porsche, dos Ferrari, un BMW, dos Bentley, un Chrysler, dos Hummer, un Audi y dos Land Rover.
'Trapicheos' por teléfono
Estos vehículos están intervenidos por orden judicial junto a la flota de 200 coches que tenían Dorribo y su empresa Nupel en Galicia, y que incluye otras marcas de coches de lujo como Mercedes o Maserati, varias motocicletas (cuatro Kawasaki) y 16 embarcaciones. Según un informe de Vigilancia Aduanera, tan sólo entre 2005 y 2011 compró un centenar.
La intervención de los coches se realizó, según recoge el auto correspondiente, por tratarse de efectos relacionados con los delitos investigados y porque Dorribo "está tratando de sacar del territorio español cuantos activos, bienes y derechos le competen".
Las actividades realizadas en connivencia con Montes se fraguaron, según las pruebas que obran en poder de la juez instructora, tanto durante las estancias de Dorribo en Andorra como vía telefónica.
Chivatazo a la juez
Una de las primeras noticias sobre la existencia de estos movimientos con los coches en Andorra llegó a la juez San José el 31 de mayo de 2011 a través de una llamada telefónica cuyo contenido aparece recogido en el sumario. La realizó una persona desde Andorra.
Según el chivatazo, estos coches los tendría Montes guardados en sus locales y en los bajos de un hotel. Además, el informador añadió que el empresario andorrano y Dorribo estarían intentando cambiar la matrícula de los vehículos.
La vida ostentosa de Dorribo
La apertura parcial del sumario de la 'operación Campeón' dio pie a registros en sus propiedades que confirmaron los lujos y ostentaciones que ya se venían atribuyendo al empresario lucense, en especial en su vivienda habitual de la urbanización Santa Mariña de O Corgo en Lugo.
Los bienes tasados por especialistas en Bellas Artes y antigüedades incluyen desde dos colmillos de elefante de marfil valorados en 35.000 euros a una lámpara de tipo holandés dorada de 15.000 euros, un abanico romántico de 1.000 euros, una cabeza de guerrero en bronce u obras de arte de Rafael Alberti, Laxeiro, Antón García Patiño o Manuel Comeiro.
Las armas eran otra de las aficiones de Dorribo. En su vivienda tenía una vitrina con 30 puñales y navajas antiguas, algunas con mangos de marfil, valoradas en 15.000 euros; dos pistolas de pistón del siglo XIX y un hacha con adornos de plata que costarían 4.500; una escopeta de principios del siglo XX.
Natalia Puga | El Mundo
09/03/2012
Las ramificaciones de la trama organizada por Jorge Dorribo no sólo salpican a Andorra en el ámbito empresarial. El industrial farmacéutico también utilizaba los vínculos establecidos en ese país para mantener su ritmo de vida y una de sus principales aficiones: los coches de alta gama.
Según recoge la parte alzada del sumario de la 'operación Campeón', el empresario trasladó a Andorra una parte de su flota de vehículos de alta gama "con el fin ocultarlos a la posibles actuaciones judiciales en España y, al mismo tiempo, simular su venta a posibles testaferros" en ese país.
Esta actividad de Dorribo tenía como objetivo supuestamente blanquear el dinero que había obtenido "defraudando subvenciones ilícitamente logradas" y tenía una figura de referencia en Andorra, el propietario de un concesionario de coches de alta gama andorrano Josep Lluis Montes.
La juez Estela San José dictó un auto en el que considera que "existen indicios razonables que permiten sospechar que Jorge Dorribo en connivencia con Josep Lluis Montes está llevando a cabo el cambio de titularidad de los vehículos". Las sospechas se refieren a 21 vehículos, entre los que estaría el Audi A6 que conducía el empresario en el momento de su detención, que figuraba a nombre del andorrano.
El sumario define a Montes como "persona que actúa supuestamente como testaferro de Jorge Dorribo en el Principado de Andorra, siendo titular formal de aquellos (los coches) cuando en realidad la titularidad real es de Jorge Dorribo". Añade que el lucense "habría realizado ese cambio de titularidad para evitar que se pueda localizar el destino final del dinero defraudado".
Entre los coches que la juez San José y Vigilancia Aduanera meten en este saco están dos matriculados en Andorra (un Porsche Cayenne y un Nissan) y 19 de matriculación española, entre ellos, un Aston Martin, dos Porsche, dos Ferrari, un BMW, dos Bentley, un Chrysler, dos Hummer, un Audi y dos Land Rover.
'Trapicheos' por teléfono
Estos vehículos están intervenidos por orden judicial junto a la flota de 200 coches que tenían Dorribo y su empresa Nupel en Galicia, y que incluye otras marcas de coches de lujo como Mercedes o Maserati, varias motocicletas (cuatro Kawasaki) y 16 embarcaciones. Según un informe de Vigilancia Aduanera, tan sólo entre 2005 y 2011 compró un centenar.
La intervención de los coches se realizó, según recoge el auto correspondiente, por tratarse de efectos relacionados con los delitos investigados y porque Dorribo "está tratando de sacar del territorio español cuantos activos, bienes y derechos le competen".
Las actividades realizadas en connivencia con Montes se fraguaron, según las pruebas que obran en poder de la juez instructora, tanto durante las estancias de Dorribo en Andorra como vía telefónica.
Chivatazo a la juez
Una de las primeras noticias sobre la existencia de estos movimientos con los coches en Andorra llegó a la juez San José el 31 de mayo de 2011 a través de una llamada telefónica cuyo contenido aparece recogido en el sumario. La realizó una persona desde Andorra.
Según el chivatazo, estos coches los tendría Montes guardados en sus locales y en los bajos de un hotel. Además, el informador añadió que el empresario andorrano y Dorribo estarían intentando cambiar la matrícula de los vehículos.
La vida ostentosa de Dorribo
La apertura parcial del sumario de la 'operación Campeón' dio pie a registros en sus propiedades que confirmaron los lujos y ostentaciones que ya se venían atribuyendo al empresario lucense, en especial en su vivienda habitual de la urbanización Santa Mariña de O Corgo en Lugo.
Los bienes tasados por especialistas en Bellas Artes y antigüedades incluyen desde dos colmillos de elefante de marfil valorados en 35.000 euros a una lámpara de tipo holandés dorada de 15.000 euros, un abanico romántico de 1.000 euros, una cabeza de guerrero en bronce u obras de arte de Rafael Alberti, Laxeiro, Antón García Patiño o Manuel Comeiro.
Las armas eran otra de las aficiones de Dorribo. En su vivienda tenía una vitrina con 30 puñales y navajas antiguas, algunas con mangos de marfil, valoradas en 15.000 euros; dos pistolas de pistón del siglo XIX y un hacha con adornos de plata que costarían 4.500; una escopeta de principios del siglo XX.
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