Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

domingo, 2 de febrero de 2014

UN MAGISTRADO DE LUGO INFORMÓ A LIÑARES SOBRE ASUNTOS JUDICIALES
La jueza encargó investigar por qué Orozco y Liñares conocían algunas diligencias

Xosé Carreira / la voz  
02 de febrero de 2014

La operación Pokémon no solo salpica a la clase política. Los documentos contenidos en el sumario reflejan que el presunto cabecilla de la macrotrama de corrupción y exedil socialista, Francisco Fernández Liñares, se reunía e intercambiaba «información acerca de procedimientos administrativos» con José Manuel López Casanova, magistrado juez del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Lugo. También en este caso, las escuchas telefónicas a las que estaba sometido el exconcejal de Lugo y expresidente de la Confederación Hidrográfica del Miño fueron claves para conocer los contactos que mantenía con el juez.

Los investigadores se encontraron con que tanto Liñares como Orozco disponían de informaciones judiciales. En este sentido descubrieron cómo en una ocasión el entonces concejal tuvo acceso a una de las preguntas que le hicieron a un guardia civil en un juzgado. En una conversación telefónica que Liñares mantuvo con otra persona dijo que «trabajó mejor la Guardia Civil que el juzgado» y leyó una pregunta, posiblemente contenida en un expediente judicial: «¿Es verdad que la finca del señor Liñares cuenta con gas natural para ser clasificada como urbana? Y el guardia civil dice: ?no tiene gas y esos artículos no dicen que tenga que ser urbana?». Los investigadores concluyen que Liñares posiblemente se refiera a la recalificación de una finca suya. Ante esta situación, la jueza plantea en un auto la necesidad de averiguar «las razones por las que el señor Orozco era conocedor de dicho informe y si el mismo obra en el juzgado». Eso sucedió en junio del 2012.

El 5 de agosto, Liñares llamó a un tal José y le preguntó si al día siguiente tomaban «un cafecín» o si desayunaba con él. El interlocutor le explicó que va a desayunar a las 8.15 horas a una conocida cafetería y el exconcejal responde que podía ir él y que invitaba a café. La otra persona aceptó.

Dos días después, Liñares volvió a llamar a la misma persona y le dijo lo siguiente: «Mira, te digo los números estos. Procedimiento abreviado 0000283/2011 y procedimiento ordinario, 512/2010». El interlocutor respondió: «Vale, ya te llamo yo mañana y te digo».

Al día siguiente, Liñares recibe una llamada de José y le dice: «Hola Paco. He visto ayer el tema este y, efectivamente, yo tengo la vista el 1 de octubre y el otro el 11. Yo hablaré con él y le diré que no haga la sentencia. Le dejaré una nota diciendo que espere hasta que yo vea el mío. Le puedes decir que en lo que concierne a mí, que estudié el asunto, que no hay ningún problema; no hay por donde cogerlo (...); el mío lo acabo de ver ahora otra vez y no le veo sostén ninguno. Dile que me preocuparé de ese tema y le dejaré un tema (sic) diciendo que estimo conveniente tratar los dos temas juntos, pero en cuanto a las bases, yo no le veo...».

La jueza del caso, en un auto posterior, explica que la persona llamada José con la que hablaba Liñares es José Manuel López Casanova, magistrado del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Lugo, «con el que intercambia información acerca de los procedimientos administrativos cuyos números le proporciona la jefa de personal del Ayuntamiento de Lugo y que podrían afectar a la misma». En el auto, la jueza aclara que la persona con la que el juez dijo que hablaría para no hacer la sentencia es «supuestamente el otro magistrado del contencioso administrativo que debe tener el otro asunto judicial».

Liñares llamó a la jefa de personal del Concello de Lugo antes de reunirse con el juez. Le dijo: «¿Estamos ahí en la oficinilla, en el concelliño? Voy a tomar un café y te pido una cosa. No sé si la tendrás. ¿Tienes algún dato de tu caso? ¿El número?». La otra persona dijo que sí, que lo buscaba, y Liñares le respondió que «había que tener el número para hacer un estudio esta semana».

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