Varias causas xudiciais abertas e centos de imputados e testigos chamados a declarar. Esa é a realidade desde hai anos na cidade de Lugo. En todas elas un denominador común: políticos e empresarios baixo sospeita de supostos delitos de corrupción. Na convicción de loitar contra o silencio, contra a omertá declarada ao respecto por algúns partidos, Esquerda Unida alza a voz para loitar contra esa lacra social que é a corrupción.

domingo, 30 de marzo de 2014

UNA TAPADERA DE PELÍCULA
La empresa que investiga De Lara tenía entre sus fines restaurar filmes

Xosé Carreira / La Voz / lugo  
30 de marzo de 2014

Cuando los agentes de Vigilancia Aduanera le presentaron el resultado de su investigación, la jueza instructora de la operación Pokémon, Pilar de Lara, no daba crédito. El que fue chófer de la grúa de Lugo y su esposa, encargada de cuidar un establo en una aldea de Portomarín, habían creado una empresa que tenía como fines, entre otros «la prestación de servicios cualificados de restauración de obras de arte, mantenimiento, conservación y restauración de material cinematográfico y audiovisual».

Ese era uno de los múltiples objetivos de Decon Construcciones, Servicios y Contratas del Noroeste, S. L. Esta es la empresa de la famosa caja de los sobornos. De Lara comienza a tener pocas dudas de que se trata de una empresa tapadera para dar apariencia de legalidad a los sobornos de 3.500 euros que alguien del grupo Vendex ponía periódicamente en un mensajero para que los acercase a A Coruña y desde aquí hacer el viaje a Lugo como paso previo al reparto entre por lo menos tres personas, entre ellas presuntamente dos políticos.

Las piezas encajan todavía más a los investigadores cuando consiguen comprobar cómo la polémica caja de seguridad fue supuestamente ocultada durante varios años por los responsables de la entidad bancaria, según cree la instructora.

Revisando los fines de la empresa puede decirse que esta servía tanto para un roto como para un descosido. No solo planteaba hacer obras hidráulicas o marítimas, sino que proponía proyectos para ocuparse del mantenimiento de depuradoras redes de agua y, además, para inspeccionar hospitales. Otro detalle significativo es que también preveía servicios de lavandería y como no especifica más y, a la vista, de los acontecimientos la jueza ha pedido a la Comisión Nacional de Blanqueo de Capitales que intervenga para aclarar el caso.

Demetrio Arias, el hombre que aparece detrás de Decon, también quería dedicar la empresa a las tecnologías de la información y las comunicaciones. Incluso los estatutos le permitían poder montar una agencia de noticias.

Resulta que el contrato que firmó con el grupo Vendex bastantes meses antes de que consiguiese por medio de Doal el contrato de la ORA de Lugo, consistente en revisar los parquímetros de la ciudad, únicamente tendría cabida en uno de los apartados de los objetivos de la sociedad: prestación de servicios de agencias de viajes, control de tráfico y estacionamiento de vehículos.

El hombre, considerado testaferro del exedil lucense Francisco Fernández Liñares, que se embarcó en semejante aventura empresarial, sin tener ni idea del asunto, Demetrio Arias López, cumplirá en noviembre 53 años. Es de Vilaxuste (Portomarín).

Figuró como empleado de la empresa Setex Aparki S.A., la antigua concesionaria de los servicios de la grúa municipal y servicio de la ORA del Ayuntamiento de Lugo entre los años 2000 y 2002, los mismos en los que trabajó en dicha empresa su cuñado Javier Reguera, enlace de Vendex en Lugo y el hombre de los «botes de pintura». Era quien, supuestamente, traía a Lugo el sobre con 3.500 euros y luego los repartía.

Su mujer, que también participa en la empresa, contó en una declaración como testigo en la Pokémon que su esposo fue conductor de la grúa hasta que en 2003 se jubiló a causa de una minusvalía del 33% que le impedía conducir el vehículo.

Vigilancia Aduanera lo sometió a una exhaustiva investigación. En el año 2001 tuvo unos ingresos de 11.463 euros. Estos bajaron considerablemente entre el 2002 y el 2005 hasta que en 2006 comenzaron de nuevo a subir. En 2009 fue cuando obtuvo los mayores ingresos en el tramo comprendido entre 2001 y 2010, concretamente 16.949 euros. De estos, 11.066 se los pagó la pizzería para la que trabajó y el resto el Instituto Nacional de la Seguridad Social.

La empresa de la caja de los sobornos la creó con su esposa a principios de 2008 con el mínimo capital social necesario, 3.000 euros.

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